Sistema cognitivo.

Esta teoría se encuadra dentro del cognitivismo, pero va más allá que el puro cognitivismo, no se centra exclusivamente en el individuo sino que abre su análisis a lo que denomina “sistema cognitivo”, compuesto por individuos y los artefactos que éstos utilizan. Es un concepto similar al de “actividad” de la teoría de la actividad.

Meta u objetivo del sistema.

Dentro de un sistema hay unas metas u objetivos a conseguir. El sistema es un conjunto de gentes y artefactos interactuando para alcanzar una meta. Pero esa no meta no depende sólo de los agentes individuales del sistema, no implica conciencia individual, es la meta del sistema, y el sistema es un todo, una unidad compuesta de sujetos y artefactos. Se trata a la gente y a los artefactos como equivalentes, ambos son agentes de un sistema que colaboran entre sí para conseguir esa meta.

Artefactos como valores culturales.

La Cognición distribuida habla de la pervivencia de ciertas estructuras duraderas. Habla de “manipulación colaborativa” como proceso mediante el cual aprovechamos los artefactos diseñados por otros, compartiendo las buenas ideas a través del tiempo. Eso tiene u cierto correlato con teoría de la actividad y la dimensión histórica de los artefactos.

Contexto.

La cognición distribuida se centra en el análisis del sistema, se trata de descubrir, comprender la función del sistema mismo y no la función de los agentes que forman parte de él. El foco de interés más que los agentes del sistema es la coordinación que se da entre ellos para conseguir la meta. Se trata de analizar qué transformaciones se dan las estructuras del sistema, no solo las representaciones (estructuras) internas del individuo –estructuras mentales- sino las representaciones (estructura) del propio sistema, esto es, entender la coordinación entre individuos y artefactos y como esta repercute en la propia representación del sistema transformando el funcionamiento del sistema cognitivo en su totalidad.

Generalización.

La cognición distribuida tiende a realizar análisis detallados sobre artefactos particulares para tratar de encontrar principios estables de diseño que puedan aplicarse a problemas similares. Ha realizado múltiples estudios de prácticas de trabajo sobre contextos situacionales específicos, por ejemplo, corrección colaborativa de errores a bordo de grandes buques. Esto es importante porque permite buscar patrones generales a partir de situaciones individuales, buscando la generalización a través de los contextos.

La teoría estudia los artefactos tal y como se utilizan en situaciones reales, para a partir de ellos tratar de comprender las propiedades cognitivas y estructurales, estables, que van más allá del marco particular. Por lo que esta teoría a empezado a formar un cuerpo de datos comparativos sobre patrones de prácticas que resultan útiles para casos similares.

Valoración.

Nardi le critica a esta teoría la equiparación entre gente y artefactos, lo cual supone en cierto sentido afirmar que los artefactos tienen conciencia de esa meta. Pero un artefacto no puede conocer nada, según la autora es más u medio para conseguir algo, un humano si se apropia de conocimiento, una máquina usa información de acuerdo con un sistema.

Después de esta primera información de confesar que hay puntos de esta teoría que se me escapan. Las críticas de Nardi me parecen sensatas, sin embargo pienso que habría de profundizar un poco más en ella para Sería necesario un mejor acercamiento a la misma para poder razonar con más conocimiento de causa. Estaría de acuerdo, en principio, con la idea de que la interrelación dentro del contexto o sistema- reestructura el esquema cognitivo de los individuos y a la vez reestructura la dinámica del propio contexto. Y con la idea de que los artefactos tienen una acerbo cultural que influye el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Referencias.

Nardi, B. (1992). Studying context: A comparison of activity theory, situated action models and distributed cognition. Proceedings East-West Conference on Human-Computer Interaction. August 4–8, St. Petersburg, Russia. Pp. 352–359. En  http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.128.3490&rep=rep1&type=pdf